La neurociencia y el aprendizaje
Primeramente se debe definir que
significa NEUROCIENCIA. Las neurociencias son un
conjunto de disciplinas científicas que estudian la
estructura, la función, el desarrollo de la bioquímica,
la farmacología, y la patologías del sistema nervioso y
de cómo sus diferentes elementos interactúan, dando
lugar a las bases biológicas de la conducta de una persona.
El estudio biológico del
cerebro es un área multidisciplinar que abarca muchos niveles
de estudio, desde el puramente molecular hasta el específicamente
conductual y cognitivo, pasando por el nivel celular como las
neuronas individuales, los ensambles y redes pequeñas de
neuronas como las columnas corticales y los ensambles grandes como
los propios de la percepción visual incluyendo sistemas como
la corteza cerebral o el cerebelo, y por supuesto, el nivel más
alto del Sistema Nervioso.
En el nivel más alto las
neurociencias se combinan con la psicología para crear la
neurociencia cognitiva, una disciplina que al principio fue dominada
por psicólogos cognitivos. Hoy en día, la neurociencia
cognitiva proporciona una nueva manera de entender el cerebro y la
conciencia, pues se basa en un estudio científico que une
disciplinas tales como la neurobiología, la psicobiología
o la propia psicología cognitiva.
La neurociencia aporta una
perspectiva desde el aprendizaje y la educación. Los estudios
neurobiológicos de la conducta, que se lleva a cabo en
nuestros días, cubren las distancias entre las neuronas y la
mente.
La tarea central de las llamadas
neurociencias es la de intentar explicar cómo es que actúan
millones de células nerviosas individuales en el encéfalo
para producir la conducta, y cómo a su vez, estas células
están influidas por el medioambiente, incluyendo la conducta
de otros individuos. Precisamente, las neurociencias están
contribuyendo a una mayor comprensión, y en ocasiones a dar
respuesta a cuestiones de gran interés para los educadores,
por ejemplo; hay evidencias según lo muestran las
investigaciones que tanto un cerebro en desarrollo como uno ya maduro
se alteran estructuralmente cuando ocurren los aprendizajes
(Bransford, 2003).
Los descubrimientos neurológicos
de la última década están cambiando el concepto
de adolescencia. Hasta este momento se consideraba que era una edad
de grandes turbulencias afectivas, provocadas por la inundación
hormonal. Los neurólogos sostienen que a partir de los 13 años
el cerebro experimenta un cambio, provocado por la maduración
de los lóbulos frontales, que son los que dirigen la orquesta
cerebral. Es la segunda gran oportunidad del aprendizaje, después
de la que ocupa los primeros años de vida. Es como si la
naturaleza hubiera preparado a los niños para enfrentarse al
mundo, al salir del claustro materno y volviera a prepararlos para
introducirse en el mundo adulto.
Las nuevas tendencias en psicología
del desarrollo enfatizan los siguientes temas:
El mundo afectivo
La autorregulación del
comportamiento, la atención, la inhibición conductual.
El temperamento infantil.
La importancia del contexto social
en el desarrollo mental.
El interés sobre los procesos
de socialización.
El niño como agente de su
propio desarrollo.
Estos temas se mueven en un terreno
común por el que pediatras y pedagogos transitan con
facilidad. Necesitan aplicar a la educación los
descubrimientos de la neurociencia. Temas como los siguientes
pertenecen a este territorio compartido.
- El temperamento y su influencia en la educación
- La influencia educativa en el establecimiento de las vías de conexión entre el área límbica y los lóbulos frontales.
- Las investigaciones sobre el aprendizaje de los límites y de la autonomía
- La detección precoz de dificultades de aprendizaje.
Muchos países ya están
poniendo en marcha programas de investigación para avanzar
estos temas, por ejemplo en Alemania, se creó en el 2004, el
“Centro para la transferencia entre
neurociencia y aprendizaje”, allí
un equipo multidisciplinar se ocupa del estudio de problemáticas
tales como la dislexia, la actividad física y el aprendizaje,
el aprendizaje y las emociones, el aprendizaje y la memoria, la
consolidación de la memoria o el aprendizaje y la educación.
Relacionar campos que usan lenguajes
tan diferentes como la neurología no es sencillo. La educación
de una sociedad, al igual que la salud es una tarea compartida
directa o indirectamente por todos los agentes sociales. La sanidad
no es sólo cosa de médicos y hospitales sino también
de prácticas higiénicas, hábitos educativos,
control de los productos, leyes adecuadas, etc. Lo mismo sucede en la
educación. No es cosa sólo de padres y docentes. La
inteligencia se desarrolla siempre en un contexto social, que la
estimula o bloquea. Hay que situar a la familia, a la escuela y
especialmente durante los primeros años de vida a los
pediatras. Este trío forman el equipo pedagógico
básico. En círculos más exteriores hay que
incluir el barrio, los iguales, la ciudad, la cultura de esa
sociedad, los medios de comunicación, las instituciones
políticas y religiosas, etc. Por eso hay que tomarse al pie de
la letra el proverbio africano que dice: “Para
educar a un niño, hace falta la tribu entera.”
Bibliografía
- Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (www.sepeap.org).
- UP (www.universidaddepadres.es)
- López Ruperez F. Prólogo al T. Ortiz. Neurociencia y Educación. Madrid. Alianza, 2009.
- Blakmore S.J. Frith ¿Cómo aprende el cerebro? Barcelona. Ariel 2007.